Quer se comunicar com a gente? Entre em contato pelo e-mail neumac@oi.com.br. E aproveite para visitar nossos outros blogs, o "Neuza Machado 2", Caffe com Litteratura e o Neuza Machado - Letras, onde colocamos diversos estudos literários, ensaios e textos, escritos com o entusiasmo e o carinho de quem ama literatura.

segunda-feira, 29 de dezembro de 2008

Apresentando meu outro blog...

Caros internautas, gostaria de apresentar-lhes meu blog Caffe com Litteratura, no qual estarei publicando diversos textos. O texto de estréia foi escrito por meu pai, Antônio de Sousa Costa, já falecido. Espero que apreciem esta narrativa, escrita pelo ponto de vista de um homem simples do interior de Minas Gerais.

sábado, 15 de novembro de 2008

Entrevista com Jose Saramago

Entrevista com Jose Saramago (em espanhol)
Colaborador: Prof. Darío Henao Restrepo - Univalle - Colômbia

Lo primero que se siente en A casa, refugio de los Saramago en Lanzarote (él, José, ella, Pilar del Río, hijos, amigos, hermanos y tres perros acogidos) es humanidad. De perros y personas. "Menos mal que el perro se hizo amigo del hombre", dice él. "De este animal aprendemos tantas cosas". Pepe tiene el rostro surcado por dos regueros de lágrimas marrones, tanto temió el terrier la soledad. Camoens, más perro, regala lagartijas en agradecimiento: él piensa que las lagartijas deben de encantar al resto de la humanidad. Y luego está la Greta, hermana pequeña caprichosa y presumida... en fin.
Anda a vueltas el filósofo escritor con la humanidad y su pérdida de razón. Inició sus cábalas con Ensayo sobre la ceguera (95), presenta ahora Todos los nombres y ya en su segunda cabeza madura la idea de una tercera novela: La caverna. "Entramos en la era de la burocracia absoluta, caminamos irremediablemente a la ignorancia. El hombre, cercado de información, perplejo, pierde su capacidad de indignación, de respuesta: la racionalidad mínima. ¿Estamos todos neuróticos?". Y se contesta a sí mismo: "La neurosis es una salida". Cuestionándose el presente, construye el escritor una fábula de tiempo futuro que él no desearía vivir. Bien, pues fuerza y espíritu le quedan para una larga travesía al autor que revivió a Ricardo Reis, heterónimo de Pessoa (El año de la muerte de...).
No hay nombres ni tiempo, ni lugares concretos en su trilogía; no hay siquiera trilogía porque él nada se propuso. Lo explica con su mano izquierda armónicamente extendida: "Yo me he limitado a estar en el momento y en el lugar precisos. "O que tivesse de ser meu, às maõs me deveria vir ter". Quiere decir que sin saber uno cómo, esa segunda mente de la que una y otra vez habla él, va creando las circunstancias, y luego son las circunstancias las que hacen decidir al hombre: sin querer. "Sin espíritu triunfador". Bueno, él (Azinhaga, 1922) ni siquiera quiso ser escritor, una vez lo dijo sin entender lo que decía, tenía 16 años, estudiaba en una escuela técnica para ser cerrajero o carpintero. Eligió el hierro. Había en aquella escuela una extraña asignatura de literatura... y él pasaba las noches a ciegas encerrado en bibliotecas de Lisboa, leyendo y entendiendo a su manera. Fue mecánico, compró su primer libro a los 18 años y a los 25 escribió una novela. Luego calló durante cuatro lustros, "no tenía nada interesante que decir", fue funcionario, dibujante, editor, director de periódico, y, en el 75, el contragolpe le puso en la calle con una voz martilleándole desde lo hondo de su segunda cabeza: "No busques trabajo: escribe". Once novelas, tres poemarios, cuadernos de viaje y crónicas, tres dramas, cuentos, dos veces candidato al premio Nobel. Y él sin saber: "A lo mejor yo no soy novelista".

"El poder real es económico, entonces no tiene sentido hablar de democracia"

Recoge su mano izquierda y extiende ahora la derecha para rascarse en una caricia su cabeza calva, altísima, 76 años, sabia, atractiva, genial. Pierde el escritor de cerca el gesto de dureza que se le supone; de hombre enfadado, justiciero, desasosegado, que algo sí es: "Yo vivo desasosegado, escribo para desasosegar", llamar la atención, "la gente cada vez quiere saber menos, abandonarse a la comodidad", se empeña, "sabemos mucho más de lo que creemos, podemos mucho más de lo que imaginamos". Es de cerca el escritor amable y tierno. Ah, la rara izquierda que aún queda. (¿O ya no se llama izquierda?).
El novelista que no cree serlo ("no tengo imaginación, hago novela porque no tuve quien me enseñara a escribir ensayo") espera paciente que las ideas se le presenten en su primera cabeza. Lo hacen de una forma súbita (la última, Todos los nombres, durante el aterrizaje de un avión): le viene el título, le viene la historia, los personajes... Todo lo ha ido labrando esa segunda cabeza, inconsciente, madura. A la voz de: ¡ahora escribe!, se sentará. Mientras, es feliz en su isla, hijo adoptivo. Lanzarote, un paisaje lunar con olor a entraña de volcanes. Ahí viene Camoens con una lagartija cazada entre rocas de lava endurecida.

Pregunta.-¿De dónde le viene el suyo, Saramago, su nombre?
Respuesta.-Del apodo de la familia de mi padre. Cuando él fue a inscribirme, el funcionario le preguntó: ¿cómo se llama el hijo? Y mi padre contestó: como el padre; que según la ley era José de Sousa, pero el funcionario por su cuenta añadió el apodo que conocía. No lo supimos hasta que entré en la escuela y mi padre pidió en la conservaduría una partida de nacimiento. Se le cayó el alma a los pies, tanto que a él le gustaba el Sousa, más fino. Así que tuvo que emprender un proceso burocrático complicado para que se reconociera que él también se llamaba Saramago y que aquel niño era su hijo. Debe de ser un caso casi único en que el hijo le ha dado el nombre al padre.

P.-O sea, que debe su nombre al error de un funcionario.
R.-Gracias a él puedo firmar Saramago. Si no fuera así, me hubiera inventado un pseudónimo, porque José de Sousa no me gusta nada.

P.-Denunciaba el escritor hace años el surgimiento de un nuevo imperialismo que nos dejaría una mínima parcela de identidad. ¿Es ésa la parodia de Todos los nombres?
R.-Nada es gratuito. En el Ensayo sobre la ceguera nadie tiene nombre: en tales circunstancias de pérdida de la razón, el nombre no tiene ninguna importancia. En esta otra novela están todos los nombres registrados en la conservaduría, sin embargo sólo un personaje tiene nombre propio, sin apellido siquiera. ¿Por qué?, en primer lugar el nombre que tenemos sustituye lo que somos, si le preguntas a alguien quién es, responde yo me llamo fulano, y eso pasa a ser todo: no sabemos nada de esa persona. El nombre no es más que una especie de muro no voluntario que impide saber quién es el otro. Después, los nombres que tenemos son cada vez menos importantes, lo que hoy cuenta verdaderamente en el sistema que nos gobierna, y que no sabemos identificar bien, es el número de la tarjeta de crédito. Todo lo que tú hagas y sientas hoy se puede deducir de un número: se te define. Eso sí que es la burocracia, sin ni siquiera los respetos ridículos del señor de los manguitos negros. El 1984 de Orwell disparando contra el socialismo real y la Unión Soviética es una realidad ahora mismo: un mundo donde no es fácil dar un paso sin que se sepa.

P.-¿El contrapunto sería ese socialismo del que usted habla, entendido como forma de interesarse por el otro?
R.-Ser socialista es un estado de espíritu. La experiencia nos dice que hay dirigentes que antes se presentaban como socialistas y que ahora sabemos que no lo han sido. Mira la Unión Soviética, tres generaciones, se derrumba y el espectáculo es desolador. Marx dice que si el hombre está conformado por las circunstancias, habrá que construir las circunstancias humanamente. Y es más que dudoso que muchas de las circunstancias de la Unión Soviética fueran humanas. Hoy el concepto de socialismo ya no tiene que ver con la realidad socialista, y se sigue usando, incluso ahora que ha llegado casi al contrario de lo que se proponía. Es suficiente con leer un programa de un partido socialista.

P.-Pongamos el ejemplo del laborismo británico, desmantelando el aparato social.
R.-O del socialismo español, o del portugués, o el que sea, y confrontarlo con la realidad. Es como la constitución democrática, ¿qué significa el derecho al trabajo? El mayor drama que explica la frustración de lo que ocurrió en el bloque socialista es que el capitalismo no decepciona, porque no promete nada. En cambio el socialismo sí, y si no cumple tenemos millones de personas malogradas que se entregaron a una idea. Visité Kazajistán y un día un poeta me invitó a su casa. A la entrada estaba una señora flaca, bajita, que era su mujer. Nos presentaron y entramos a un salón, una mesa enorme cubierta con todo lo que puedas imaginar, vodka, caviar. Estuvimos allí cerca de dos horas y no paraba de llegar comida de la cocina, indescriptible. Se acabó todo, nos despedimos, y a la puerta estaba otra vez la mujer del poeta para decir adiós a los invitados de su marido. ¿Qué había pasado?: 70 años después de la revolución no había cambiado nada en la relación entre los hombres y las mujeres. Les pregunté cómo hablaban ellos de la mujer y del amor en su lenguaje poético, me contestaron como si estuviéramos en el siglo XIX: la mujer era una figura, el ideal femenino, la madre, la hada, todos los tópicos de la peor poesía amorosa occidental. ¡Pero esto no tiene futuro!, les dije, ¡no ha cambiado nada! Si uno no cambia la mentalidad, nada cambia.

"Vamos hacia los 500 canales de TV, y ¿para qué sirven?: para que la gente no cuestione el poder"

P.-¿Habrá algo después de esta travesía del desierto?
R.-No lo sé, pero hay una condición esencial: el respeto del otro, en ello se contiene todo, porque impide hacer daño. ¿Tiene sentido que se esté enviando al espacio una sonda para que explore Plutón mientras aquí la gente se muere de hambre? Estamos neuróticos. No sólo hay desigualdad en la distribución de la riqueza, sino en la satisfacción de las necesidades básicas. No nos orientamos por un sentido de la racionalidad mínima. La Tierra está rodeada de miles de satélites, podemos tener en casa cien canales de televisión, pero de qué nos sirve eso en este mundo donde mueren tantos. Es una neurosis colectiva, la gente ya no sabe lo que le conviene esencialmente para su felicidad. Vamos hacia los 500 canales y ¿para qué sirven?

P.-¿Para que no te cuestiones?
R.-Exacto, para que no cuestiones al poder. El poder político es el que menos cuenta, el poder real es económico, y no es democrático; entonces, ¿tiene sentido que sigamos hablando de democracia? Me parece poco serio. Las noticias políticas no son más que declaraciones. Es como el mundo del fútbol, los presidentes se calumnian, se intrigan, protestan, pero ¿quién gobierna los países?: las finanzas internacionales.

P.-Después de 50 años de fascismo, su novela El evangelio según Jesucristo fue desaconsejada para el Premio Europeo de Literatura por el así llamado Gobierno socialista de su país, ¿le molestó que le llamaran exiliado?
R.-Esa idea del exiliado es una simplificación de los medios de comunicación, se me llegó a llamar el Salman Rushdie portugués, lo cual me parece ofensivo para él. Lo que ocurrió me indignó y me entristeció y las circunstancias me llevaron a vivir aquí en Lanzarote. Nunca hubo ruptura con mi país: voy a Lisboa todos los meses. De exiliado nada. Me dolió aquella cuestión, me duele aún su recuerdo, sin más.

P.-Portugal es obligado, ¿puede que Lisboa recupere en este estrepitoso 98 el tiempo que quedó parada?
R.-La ciudad quedó parada después de la revolución, entró en una especie de terremoto lento, se estaba convirtiendo en un lugar imposible. Y hace cinco años empezó a cambiar, no siempre de una forma afortunada, desfigurándose a veces, con esos edificios de espejos, un nuevorriquismo exhibicionista. Yo a Lisboa la tengo en mi memoria. Entonces llega la Expo 98, un esfuerzo excepcional para cambiar la ciudad no sólo de pintura, sino de estructura, que permita una vida más fácil y le devuelva su forma natural.

P.-Todo el mundo quiere preguntar a los portugueses, Expo, Frankfort, Arco dedicado a Portugal... ¿España recupera su complejo de amputación o esta Iberia es sólo una moda oportuna?
R.-Yo no diría que hay una moda, no: hay algún reconocimiento. Los cambios de esta naturaleza siempre son lentos. No podemos entender la Expo, Frankfort o Arco como eventos excepcionales con poder transformador, eso ocurre sólo porque la relación aún no es muy fluida. Veremos cuando todo esto acabe, porque es el cotidiano donde la gente vive, no en una feria.

P.-¿Será Lisboa 98 una reflexión, una mirada, o efectivamente una feria de atracciones, como fue Sevilla 92?
R.-Nuestra suerte ha sido conocer la Expo 92, porque los responsables se han dado cuenta de que no podían repetir los errores que se cometieron en Sevilla. Hasta donde yo sé, esa área donde va a estar la Expo, que era el lugar más parado en el tiempo, más degradado, va a servir para equilibrar el funcionamiento de la ciudad. Las consecuencias pueden ser magníficas.

"El nombre que tenemos sustituye lo que somos: no sabemos nada del otro"

P.-José, don José, única identidad que se conoce de su protagonista, Todos los nombres, sus lectores quizá esperasen que la vida en la naturaleza de la isla le cambiara su escritura, que sin embargo se ha vuelto aún más claustrofóbica, ¿sabe por qué?
R.-He vivido en Portugal toda la vida, 70 años. El solo hecho de cambiar de domicilio no puede tener una consecuencia inmediata: sería superficial. ¿Qué voy a escribir, una novela con una historia de Lanzarote, algo exótico, una guía turística, algo lírico sin más? Tengo con lo que escribo una relación que no es ésa. Yo no decido sobre lo que voy a escribir. No, yo espero a que algo ocurra. Las ideas que se me presentan hoy van mucho más allá de Lanzarote y de Portugal, me preocupan otras cosas donde estos dos lugares están. No suceden en ningún lugar de hecho, y no es por una actitud de universalidad, de llegar a más lectores: es sólo que yo estoy preocupado por causas más fundamentales, por ello retiro todo lo circunstancial e inmediato. Tengo una idea para una novela, porque afortunadamente ya llegó otra idea, que de alguna forma, sin yo haberlo pensado, puede constituir una trilogía con el Ensayo... y Todos los nombres. Ya tengo el título, que normalmente es lo que primero se presenta, se llamará La caverna, y hace un todo con las anteriores, sin tener nada que ver los temas. Expresa mis preocupaciones de este momento, puede que la edad tenga una influencia, porque uno mira las cosas de una forma distinta. A lo mejor estoy en un momento de la vida en que me creo tontamente saber algo de la vida.

P.-¿Y el asunto de la trilogía sería ese de la pérdida de la razón humana?
R.-De la conducta y la relación humana, cómo somos unos con y contra los otros. Me ilusiona mucho, ya la tengo, la tengo. Sólo necesito no pensar en ello, dejar que madure en ese otro pensamiento que trabaja por su propia cuenta, me fío de él. Y así hasta que el pensamiento activo pueda tomar la decisión: ahora es mi turno. Entonces me siento a escribir.

LA IMAGEN DEL BRASIL MESTIZO FUE INVENTADA POR GILBERTO FREYRE - Entrevista com Guillermo Giucci

Entrevista com Guillermo Giucci (em espanhol)
Colaborador: Prof. Darío Henao Restrepo - Univalle - Colômbia
"LA IMAGEN DEL BRASIL MESTIZO FUE INVENTADA POR GILBERTO FREYRE"

Por Darío Henao Restrepo
Decano de Humanidades, Univalle
Especial para Gaceta

El escritor uruguayo Guillermo Giucci Schmit, quien reside en el Brasil desde hace 15 años. vino al Festival Internacional de Arte de Cali para hablar sobre las relaciones entre la cultura y la tecnología y sobre Gilberto Freyre, el autor de Casa Grande & Senzala , un libro esencial para entender la conformación socio-cultural de la nación brasilera, y sin duda uno de los clásicos de la antropología cultural latinoamericana. A estos temas Giucci se ha dedicado en los últimos años como profesor e investigador de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro con trabajos como - La vida cultural del automóvil (1900-1940) y Gilberto Freyre. Una biografía cultural - que explican la solvencia, rigor y lucidez con la que presentó sus puntos sobre el tema del Festival: el porvenir de la cultura.

Con la apariencia atlética de un jugador de fútbol, desde chico confiesa que fue un apasionado seguidor del Nacional de Montevideo, Giucci impresiona por la manera como combina su rigurosa formación académica en temas de la llamada alta cultura ( es doctor en Letras de la Universidad de Stanford, Estados Unidos) con los de la actualidad, la vida cotidiana, los imaginarios populares, el cine, los deportes, las costumbres, la publicidad, la televisión y la tecnología. Esto porque tiene la convicción de que la tecnología y la cultura no se excluyen, sino que se complementan, y que tal combinación entre lo tecnológico y lo cultural nos ayuda a comprender muchos de los debates del mundo actual. Esta amplitud de mira le ganó mucha atención y diálogo con el público que lo escuchó en Cali, especialmente, con los jóvenes que asistieron a sus conferencias, Cultura y Tecnología: formas de la imaginación y Gilberto Freyre. La formación de un intelectual.

Muy bien impresionado por la vitalidad de las manifestaciones de la cultura colombiana, especialmente de sus expresiones populares en la música, el teatro, la danza y la culinaria, siempre estuvo atento para establecer paralelos con el Brasil e indagar sobre la percepción de los colombianos sobre ese país. Antes de partir para Bogotá, donde será recibido por Otto Morales Benítez en la Academia Colombiana de la Lengua para disertar sobre la obra de Freyre, con mucha generosidad concedió la presente entrevista para Gaceta

- Usted es un estudioso de la obra de Gilberto Freyre. ¿Qué importancia tuvo para la cultura brasilera?
Freyre se formó intelectualmente en el exterior, principalmente Estados Unidos, donde estudió literatura y ciencias sociales. Uno de sus profesores en la Universidad de Columbia fue Franz Boas, de quien aprendió la diferencia entre raza y cultura. Fue el estudio de la antropología, bajo la orientación de Boas, lo que primero le reveló al negro y al mulato en su justo valor, separados los rasgos de raza, los efectos del ambiente o de la experiencia cultural. Este distanciamiento físico e intelectual de su medio ambiente permitió que Freyre observase la región y la nación de un modo a la vez crítico y nostálgico al retornar a Brasil en 1923. Aquí por supuesto sería interesante discutir el tema del retorno y sus variedades históricas. Tiene una larga historia, como lo prueba el regreso del Ulises homérico. El caso de Freyre puede ser productivamente comparado con el retorno del joven Borges a Buenos Aires en 1921, experiencia que daría lugar a Fervor de Buenos Aires. Se puede considerar a Freyre como el inventor cultural de la región Nordeste en la década del 20, y como el inventor cultural de la nación Brasil en la década del 30. La imagen positiva del Brasil híbrido y mestizo que tiene gran parte de los brasileños fue inventada por Gilberto Freyre en Casa-grande & senzala.

- ¿Por qué Casa-grande & senzala tuvo tanta repercusión en el Brasil desde su publicación a fines de 1933?
Brasil sufría según los analistas de inicios de siglo de dos deficiencias incurables. La primera era geográfica y tenía que ver con el trópico. Producía seres indolentes, perezosos, incompatibles con la civilización. La segunda era racial. Se trataba del mestizaje, una plaga que había que erradicar ´enblanqueciendo´ progresivamente a la población. El mulato era un degenerado, y el mestizaje un problema. Freyre mudó ese diagnóstico, sin integrarse al grupo de los ufanistas. Argumentó que en la América tropical se había formado una sociedad agraria en la estructura, esclavista en la técnica de explotación económica, híbrida de indio, y más tarde de negro, en su composición. En particular Brasil era la primera sociedad moderna constituida en los trópicos con características nacionales y cualidades de permanencia. En el trópico, donde habían fracasado los nórdicos, había triunfado la colonización portuguesa. La cultura brasilera surgía, positivamente evaluada en un estudio monumental, de esa mezcla singular en el trópico entre portugueses, indios y esclavos africanos.

- La sexualidad es uno de los aspectos más estudiados por Freyre en ese encuentro cultural en Brasil. ¿Qué puede decir al respecto?
Freyre captó con brillo la singularidad de un modo de vida, concebido como ´hecho social total´. Un ejemplo es la sexualidad, que atraviesa Casa-grande & senzala de punta a punta. Desde la llegada el colonizador portugués se relacionó sexualmente con la mujer indígena. Ya en el período de la esclavitud, el cuerpo del amo blanco se tornó el membrum virile. Tenía manos de mujer y pies de niño, pero el sexo arrogantemente viril. Esa sexualidad no era simplemente una expresión del equilibrio de los antagonismos, sino que también condujo a la sifilización del Brasil, en lugar de la civilización, y consolidó las desiguales relaciones de poder. Freyre examinó las relaciones de sadismo y masoquismo en la vida sexual doméstica, para luego extenderlas al campo más amplio de la vida social y política.

- Usted llevó varios años para realizar la biografía cultural de Freyre. ¿Qué significó este esfuerzo?
Supuso para comenzar un esfuerzo conjunto. La biografía cultural fue el resultado de un trabajo elaborado a cuatro manos con el antropólogo Enrique Rodríguez Larreta. Habría que repetir aquí lo que afirmaron Deleuze y Guattari en el prólogo a Mil mesetas. Como cada uno de nosotros éramos muchos, la combinación desemboca en un infinito. La biografía cultural, aún en proceso de revisión, se basa en un trabajo riguroso de análisis de fuentes y documentos primarios relacionados con la vida y obra de Freyre. Intentamos reconstituir los ambientes sociales importantes en su trayectoria y situar al autor en el horizonte cultural de su época. Enfatizamos las formas de individualidad modeladas por la cultura, la busca del detalle y la sensibilidad de época. El propio Freyre estuvo directamente relacionado con la sensibilidad del romanticismo tardío, tanto francés como inglés, con su vasta y rica tradición de literatura biográfica y autobiográfica, que va de George Moore a Marcel Proust y de los Retratos imaginarios de Walter Pater a los diarios de Valery Larbaud.

- ¿Qué líneas de aproximación encuentra entre los ensayos de Freyre y los de autores hispanoamericanos como Octavio Paz, Ezequiel Martínez Estrada y Fernando Ortiz?
Habría que diferenciar por un lado Ezequiel Martínez Estrada y Octavio Paz, ambos representantes notables del ensayo en América Latina. Tanto Radiografía de la Pampa como El laberinto de la soledad son libros que se apoyan en intuiciones fulgurantes, pero que carecen de un cuerpo documental empírico. En ese sentido son muy diferentes de Casa-grande & senzala. Freyre combinó la literatura con las teorías de las ciencias sociales más avanzadas de la época, lo que le permitió ir más allá del ensayo. Estamos ante un libro inclasificable, mezcla de historia social, antropología histórica y literatura. Por otro lado, las conclusiones son sumamente divergentes. Freyre valorizó el mestizaje, que Martínez Estrada y Paz denunciaron. Casa-grande & senzala es un trabajo de investigación de carácter terapéutico que aspira a una reconciliación de los desgarramientos de la vida histórica, lo que Hegel llamó la causalidad del destino. Casa-grande & senzala es un libro de historia escrito contra la historia, en el cual la diferencia entre el presente y el pasado sirve como indicador crítico del presente. Las afinidades con la obra de Fernando Ortiz son de mayor envergadura. Ambos autores coinciden en el estudio de la cultura material y en la biografía de los objetos. Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar introduce el vocablo ´transculturación´, en muchos sentidos semejante a la noción del mestizaje freyriano. Se trata asimismo de una investigación de la antropología histórica. Pero el trasfondo positivista de Ortiz lo distingue nítidamente de Freyre.

- ¿Fue conocido en el exterior el trabajo de Gilberto Freyre?
Freyre fue traducido a muchas lenguas, especialmente Casa-grande & senzala. La fortuna crítica de este libro es amplia y difusa. En particular los historiadores franceses del movimiento de los Annales compartieron con Freyre una serie de afinidades intelectuales. Hubo convergencia en el estudio de la vida privada, la vida íntima y la vida cotidiana. Fernand Braudel le dedicó a la obra de Freyre, en la década del 40, un extenso y elogioso artículo. Señaló Braudel la importancia de la historia-problema. Por otra parte, el estilo literario llamó la atención de Roland Barthes a inicios de los años 50. Destacó Barthes la ´corporalidad´ del texto, con lo cual reconocía que se trataba de un escritor surgido de su propia matriz cultural. Actualmente Freyre es más mencionado que leído. Es el destino de los clásicos. Pero los problemas que tematizó para el Brasil, el mestizaje, la relación raza y cultura, el proceso civilizador, aún mantienen gran actualidad y de ninguna manera están resueltos.

- La obra de Freyre introduce una valoración de lo popular. ¿Qué nos puede decir al respecto?
Lo popular comenzó a perder su carácter indigno en el Brasil con una serie de escritores aislados y en particular con el modernismo. Entiéndase modernismo en el sentido de las vanguardias. A diferencia de lo que sucedió en la América hispánica, en Brasil se denominó modernismo al movimiento de renovación literaria de carácter vanguardista. Freyre valorizó la cultura popular desde el ángulo de las ciencias sociales. Como se consideraba un escritor, y un divulgador, narra la historia de un modo simple, aunque no simplista ni ingenuo. En su obra incorporó dichos populares y palabras consideradas vulgares. Se preocupó con expresiones culturales antes marginadas: la oralidad, la comida y la alimentación, los juegos y juguetes de los niños, los entierros, la música, la sexualidad, los modos de vestir. Freyre miró en otra dirección. Es sorprendente la bibliografía utilizada, incluyendo las entrevistas orales y los libros de los viajeros extranjeros. Lo popular atrajo a Freyre desde su infancia, y recibió su elaboración más poderosa en las páginas que dedicó al aporte fundamental de los esclavos negros a la cultura brasilera.

- ¿Cómo se le ocurrió abordar el problema de la historia del automóvil en relación con la cultura y la literatura?
Mi estudio comenzó como una investigación amplia entre el arte y la tecnología entre 1900 y 1940. El capítulo del automóvil rápidamente desbordó el marco original. Era tal la cantidad de material que resultó prácticamente inevitable convertirlo en un libro. Me sorprendió la importancia de la figura del automóvil en la producción cultural. Inmensa. La automovilidad intensificó los cambios en la percepción del tiempo y el espacio derivados de la revolución industrial. Contribuyó a transformar las ideas de velocidad, tradición, consumo, lenguaje, accidente y naturaleza. Yo había leído con anterioridad parte de la bibliografía luego incorporada a mi trabajo, pero mi formación humanista me había cegado a la riqueza de las referencias literarias respecto al automóvil.

- Usted se ocupa del fordismo, la línea de montaje, todo eso que ironizó Chaplin en Tiempos modernos. ¿Qué impacto tuvo este fenómeno en las representaciones culturales?
Henry Ford fue un mito en vida, y el fordismo ejerció un tremendo impacto en la cultura. Al punto que hoy es un lugar común dividir el siglo XX entre fordismo y pós-fordismo. Chaplin concibió Tiempos modernos precisamente después de una visita a las fábricas Ford en Detroit. En el fordismo se percibió la prolongación del panoptismo y una imagen de la sociedad controlada por el condicionamiento y la mecanización. Gramsci fue un gran intérprete de la relación entre americanismo y fordismo, pero sería Aldous Huxley, en Admirable mundo nuevo, quien retrataría el fordismo en términos de pesadilla biológica y de utopía deformada. Otros, sin embargo, como Lenin y Hitler, admiraban el sistema del fordismo -no sus presupuestos ideológicos- y se esforzaron por adaptar varios de sus principios a las condiciones particulares rusas y alemanas. Basta observar los murales de Diego Rivera en Detroit, o leer las páginas de Céline en Viaje al fin de la noche sobre su experiencia de trabajo en la fábrica Ford, para comprender la importancia del fordismo en la producción cultural de la época.

- En su ponencia ´Cultura y tecnología: formas de la imaginación´, usted cuestionó a ciertos intelectuales que tienen una visión apocalíptica de la cultura en estos tiempos de revolución científico-tecnológica. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Comienzo mi respuesta con un poco de autobiografía. Mi formación profesional fue en los clásicos, que leí con devoción, pero también pensando que se trataba de la única cultura posible. Y es que no hace mucho tiempo atrás, el término ´cultura´ estaba asociado a la idea de progreso, de evolución y de razón. Ser culto implicaba la familiaridad con la tradición literaria, artística y musical consagrada. Era la cultura una ordenación jerárquica, un capital espiritual laboriosamente adquirido por los individuos y los pueblos. Europa reinaba, y los genios dominaban. ¿Dónde están hoy los clásicos? ¿Dónde la erudición? Cuando Marx, Nietzsche y Freud se referían a la tragedia griega, o al Renacimiento, tales referencias cobraban sentido como parte de un código del saber compartido por un grupo de lectores. Ese acervo común del conocimiento se ha descentrado y fragmentado, y los clásicos tienen que competir con un heterogéneo conjunto de intereses y de saberes. Para ello contribuyó decisivamente la mundialización de la cultura. No se la puede simplemente confundir con americanización: en discusión están la modernidad amplia y las modernidades alternativas. Tiende a perder valor, ante la conciencia del sincretismo, la problemática de la unidad nacional, mientras el énfasis se desplaza hacia la variedad de las culturas, los mecanismos simbólicos de exclusión social y la emergencia de la sociedad en red. Considero que no hay más espacio crítico para los apocalípticos o los integrados. Esa función crítica le corresponde hoy al cronista imaginativo de nuestro tiempo y al intelectual semi-distanciado de su objeto de estudio.

quinta-feira, 13 de novembro de 2008

Infância

O texto que eu acabei de postar -- Infância -- é de autoria da minha irmã Ana Lúcia, que está fazendo aniversário hoje (13/Nov). Ele faz parte do acervo do Caffe com Litteratura já há muito tempo.

Infância

Autora: Ana Lucia de Sousa Machado

Somos aquilo que pensamos, mas o que pensamos pode ser manipulado pelas nossas simpatias e antipatias. O nosso querer, pelo bem ou pelo mal, tem origem no nosso prazer ou desprazer que, segundo Freud, se formou na nossa infância e na relação com nossos progenitores. Nossos pais, por sua vez, têm suas histórias escritas com influências de seus respectivos pais.


Então, posso inferir que somos governados pelos símbolos gerados na infância e que, por uma lei genética ou espiritual, não podem ser manipulados, posto que foram gravados em um "disco virgem e com sistema de bloqueio". Mas, percebo que o Ser Humano é mestre na Arte da Mentira ou, eufemisticamente falando, mestre na arte da ilusão e da auto-ilusão.

Vamos falar de ilusão!

A maior ilusão é o casamento de conveniência. Enquanto o símbolo do casamento deveria ser o da união dos corpos, para a formação de um novo ser, com uma infância bem ou mal vivida, com formação de símbolos que governassem a história desse novo ser, esse casamento de conveniência reduz o símbolo a uma cópia mal feita, em que o resultado é um corpo com duas cabeças.

Abro um parênteses:

Acredito que meus pais conseguiram formar um novo ser, quando do seu casamento, mas, como os seus símbolos matrimonias iniciais foram criados quando suas mentes humanas falíveis ainda estavam em formação, atribuo o aparente fracasso da relação matrimonial, à falência natural dos derivados dos seus símbolos. Particularmente, não vejo a separação de meus pais como um fracasso e sim como a passagem para o que, hoje, eles criaram: uma relação sólida de amizade que, acredito, será eterna.

Vamos falar de símbolos!

Os símbolos são falíveis, porque são criados por mentes humanas falíveis. E tudo que é criado por humanos, por força dessa natureza, se encaminha para o finito. Isso acontece porque amarrarmos o símbolo a um ser que morre.


Se lembram que comecei falando da história do ser que é formado pela influência da história de um (ou dois seres) que o gerou e formou?! Se continuarmos voltando nos antecedentes da história de cada ser, onde você acha que esse antecedente do antecedente do antecedente vai dar?


Talvez seja comprometedor acreditar num ser fantástico. Mas, se retroagirmos no tempo, vamos lembrar que, na nossa infância, acreditávamos que nossos pais podiam tudo. Na verdade, se pensarmos bem, eles conseguem fazer coisas que outros, que não são pais, não têm coragem, ou precisão, de fazer. Isso só vale para os pais que verdadeiramente amam seus filhos!


Por que não poderíamos projetar esse momento para o resto de nossas vidas, e ampliar o conceito, acreditando num Ser Fantástico que nos protegesse de todo mal e, ainda por cima, nos transformasse em seres iguais a ele próprio?!


Infelizmente, ou felizmente (não sei determinar), só conseguimos desenvolver essa necessidade de amarrar nossos símbolos de vida a esse Ser Infalível, quando estamos no fundo do poço ou, em outras palavras, quando saímos da freqüência das cores e dos sons que povoam nosso cotidiano normal.

Vamos falar de vida!

A melhor forma de viver é o viver em harmonia. Porém, alguns grupos de pessoas estão freqüentemente ligados a acontecimentos violentos e desarmônicos. Talvez seja o fato de terem sido gravados na sua infância símbolos que coloquem, em primeiro lugar em suas vidas, necessidades que geram morte em vez de vida.


Amar a Deus sobre todas as coisas e ao próximo como a si mesmo, é o maior mandamento (conceito) que deveria ser ensinado, quando somos crianças e nossas células nervosas estão protegidas das manipulação dos conceitos, porque seria o primeiro conceito gravado no "disquete virgem" e que estaria atrelado ao melhor símbolo-ser que existe e que não morre.

segunda-feira, 10 de novembro de 2008

O Abutre e o Sol Negro

(Alexandre Machado)
Alto vôo.
Fim de madrugada.
A lua vermelha,
como sangue,
vai se despindo
de seu brilho,
e o dia vem
aos poucos,
tocando de leve
o alto vôo
do abutre.
Seus olhos afiados
se moldam para acomodar
o contraste da luz da noite
e do dia.
E o sol desponta no infinito,
diferente,
imenso círculo prateado,
raios negros,
insondável,
quase que engolindo
o mundo inteiro.
O medo nos olhos afiados,
a ansiedade movendo as asas,
e o inevitável encontro...
face a face,
o abutre e o sol,
como uma morte...
como um beijo.
E os raios negros do sol
se confundem com o negro corpo
do abutre
em transe.
Sua carne se desintegrando
no calor sem limites
do sol,
como se este fosse
o abutre do abutre,
comendo-lhe o corpo ainda vivo.
E ambos se entregam
a esse indescritível encontro,
enquanto o dia fica
cada vez mais claro
e mais brilhante,
iluminado pelo amor,
pelo sexo,
de um abutre e um sol
de raios negros.

Um Universo

(Alexandre Machado)
A mulher que eu vou amar
Será aquela sem defeitos
Que possa gabar-se de qualidades
Que não tenha em seu peito.
Será uma fina dama
Com mesclas de meretriz
Que possa dizer-se alegre
Quando se encontra infeliz.
Será um pouco arredia
Em meio a um falso pudor
E vai se despir com coragem
Se for por motivo de amor.
A mulher que eu vou amar
Será uma flor, um veneno
Um vício, uma aventura
Um sonho na noite... sereno.
Terá nos olhos o pranto
Na boca, um lindo sorriso
Será meu mais doce recanto
Meu céu, meu mar... paraíso!
Manchada de negro na alma
E a pele de branco manchada
A mulher que eu vou amar
Será um tudo, um nada.
Será demais feminina
Suave será como a noite
Em uma das mãos, o carinho
Enquanto na outra, o açoite.
Não me dará atenção
Quando dela eu precisar
Mas vai ler meu pensamento
Vai ser como meu par.
Dirá para mim que sou forte
Apesar de minha fraqueza
Terá o poder da alegria
E o segredo da pura beleza.
A mulher que eu vou amar
Será uma louca, uma insana
Que toma meu corpo inerte
E beija e mata e esgana
E espera... pausa... se cansa
Recupera sua energia
Me abraça como criança
Me nina ao raiar do dia.
Terá o sol como pai
Sua mãe, a dourada lua
Mansa, vira pro meu lado
Vestida num manto de nua.
Estando ao lado dela
Eu vou me sentir muito bem
A mulher que eu vou amar
Vai amar a mim também.

A mulher que eu vou amar
Vai ser o que ela quiser.
A mulher que eu vou amar
Vai ser apenas... Mulher!

O Mar

(Alexandre Machado)
Se o mar é um mistério
Você é como o mar
Que ora se encontra sério
E ora, a gargalhar
Que às vezes mostra coragem
E às vezes demonstra medo
Se o mar é um mistério
Eu quero ter um segredo

No mar, eu sinto alegria
No mar, eu sinto prazer
É onde procuro a vida
É onde encontro você

Se você é como o mar
A terra eu quero ser
Pois em três quartos de mim
Quero dar um lugar a você

Se o mar é um infinito
Você é como o mar
Maior que o horizonte que fito
Além dos limites do olhar
É tudo o que há de bonito
É tanto... não dá pra explicar
Se o mar é um infinito
Eu quero um pedaço do mar.

Teoria e Prática (um conto de carnaval)

(Alexandre Machado)

João Teoria e Maria Prática se conheceram num desses encontros aleatórios, que o destino trama sem que a gente possa sequer imaginar o desfecho. Era uma tarde de sábado do carnaval carioca. Ele, olhando para o céu, sozinho em meio à multidão que se aglomerava na Avenida Rio Branco, absorto em pensamentos, buscando encontrar o sentido da vida. Ela, olhando para o chão, nervosa, praguejando, buscando encontrar o brinco de argolão que acabara de cair, de tanto que ela sambava. Quis o destino que as linhas de suas vidas se encontrassem numa baita cabeçada de Maria no peito de João, onde ela, perdendo o equilíbrio, caiu com as pernas pro alto, "pagando um mico" imenso no centro do Centro do Rio de Janeiro.

Não sei dizer se foi amor à primeira vista, e talvez os dois nem pudessem perceber que aquele era um momento mágico, daqueles que só ocorrem uma vez a cada milhão de anos, onde os astros, os deuses, ou seja lá quem for, entram em acordo, para fazer surgir uma relação duradoura, eterna e apaixonada entre dois seres. Maria, que já estava p... da vida, cumprimentou "docemente" o recém-conhecido:

- Merda! Tu não olha pra onde anda não, ô...!!??

- Des... desculpa-me, por favor, senhora, ahn..., senhorita! Não tive a intenção de machucar-te - ele respondeu cheio de remorsos, estendendo a mão para ajudá-la a se levantar.

Ela se recompôs e observou de alto a baixo aquele cara esquisitão, andando de terno no meio dos foliões. "Que cara doido!" - ela pensou, mas olhou fundo nos olhos dele e reparou que aquele era diferente dos muitos outros homens que havia conhecido em toda sua vida. Aceitou sua mão estendida, levantou-se e ajeitou a micro-saia que mal escondia as fartas nádegas, cobertas de confetes e purpurina. Enfim , reconheceu:

- Eu também lhe devo desculpas. Eu estava distraída, procurando um brinco que se perdeu.

- Este? - ele lhe apontou uma argola dourada enorme, localizada perto dos pés dela.

Ela baixou os olhos para o objeto, verificou que o outro par do brinco continuava preso à orelha e, abaixando-se para pegá-lo, constatou:

- Ué... é esse mesmo! Muito obrigada!

Era o destino, pregando uma peça neles. Ela colocou o brinco de volta, deu um sorriso pra ele e perguntou seu nome:

- João Teoria, teu criado! - ele respondeu.

- Muito prazer! Maria Prática, sua malcriada! - e riram a valer.

Foram andando em direção à Lapa, conversando e se conhecendo, e entraram num barzinho para beber alguma coisa. Ela pediu uma cervejinha e ele, um vinho português. Ambos falavam muito, e a impressão que se tinha é que já se conheciam há muitos milênios. Descobriram muitas diferenças entre si, mas as afinidades, mesmo que poucas, eram suficientes, para que a alma dele se encaixasse perfeitamente com a dela. Ele era um pouco mais jovem, apesar de parecer mais velho. Gostava de ler livros, jornais, artigos culturais, só assistia a filmes "cabeça" e peças teatrais com profundo teor filosófico. Ela, toda moderninha, gostava era de muita badalação e de estar sempre na moda. Curtia boites, ia em baile funk (apesar de não gostar muito), carnaval, praia, viagens e tudo onde a adrenalina fosse pras alturas. Também era fã de pára-quedismo, asa delta, astrologia, fast-food e outras facilidades do mundo ocidental.

Já eram quase nove horas da noite, e, apesar do verão carioca, um vento frio que vinha da Cinelândia até o Passeio estava gelando as pernas, os ombros, os braços, enfim, o corpo seminu de Maria. Prontamente, seu companheiro de conversa e de copo ofereceu-lhe o terno, para que ela não pegasse uma pneumonia. Agradecida, ela cobriu os ombros e falou:

- Brrrr... Obrigada, mas acho que a gente precisa mesmo é de um bom samba no pé. Vamos ali pra praça dos Arcos da Lapa. 'Tá rolando um pagode legal ali, e o frio vai passar despercebido.

- Mas eu não sei sambar, muito menos dançar pagode. - ele se esquivou.

- Ora! Deixa de frescura! Hoje é carnaval. A gente pode fazer o que quiser. Eu te ensino o pagode. - e se levantou, enquanto ele ainda se mantinha grudado na cadeira. - Como é que é? Vem ou não vem?

E lá se foram para o meio da multidão. Quem reparasse talvez até pudesse achar engraçado aquele casal maluco, ela de terno e mini-saia e ele dançando com o molejo de um robô enferrujado, tentando acertar o passo da música, que soava ensurdecedora pelos alto-falantes da Lapa. Só que ninguém olhava pra eles. Depois de um certo tempo, ele até que já estava dançando mais ou menos direito, e ela ajudava, tentando não inventar muitos passos novos de uma vez. Não preciso nem dizer que o terno dele já estava pisoteado pelas centenas de pés, que se aglomeravam no local. Dançaram, beberam, paravam pra conversar, depois dançavam de novo, e ficaram nisso até altas horas da madrugada.

Quando já estava quase amanhecendo, os dois estavam sentados num dos degraus que envolvem a praça dos Arcos. Estavam ali, meio bêbados, calados, ele, quase dormindo, e ela, roncando, aconchegados um ao outro, num abraço que espantava o frio, com o terno, sujo e roto, servindo de cobertor. Ele já estava conscientemente apaixonado por ela, e ela, por ele. Só que ela ainda não sabia. Lentamente, o sol veio surgindo, acariciando os cabelos castanhos daquele inusitado casal, anunciando um domingo de muito calor, e João Teoria abraçou com mais ardor sua companheira. Olhou para aquela bela mulher, a cabeça recostada em seu ombro, dormindo o décimo quinto sono, e sussurrou no ouvido dela:

- Acorda, Maria! Já é dia! - e até falando ele fazia poesia.

Ela abriu um olho e reclamou:

- P... que pariu, me deixa dormir!

Mas aos poucos foi sentindo os efeitos da bebida, e uma dor de cabeça, que teimava em lhe martelar o cérebro no mesmo ritmo do bumbo do grupo de pagode, não a deixou voltar aos braços de Morfeu. Ela resmungou, fazendo uma cara feia:

- Ugh! Tô precisando de um Sonrisal.

Então ela se arrastou até o meio-fio, perto de um bueiro, meteu o dedo na garganta e vomitou tudo o que estava lhe corroendo as entranhas. João também estava mais pra lá do que pra cá, mas ainda não havia chegado ao ponto de se esvair no meio da rua.

- Meu Deus! Que estado lastimável, Maria! Deixa eu te levar para tua casa.

- Que vergonha! Que vergonha! - era só isso que ela conseguia murmurar.

Esperaram no ponto de ônibus um bom tempo. Ela se alojou novamente nos braços de João e desejava que esses braços fossem duas muralhas, que a escondessem do resto do mundo. Tomaram o ônibus, sentaram e seguiram calados até a quitinete, em Copacabana, em que ela morava.

João foi carregando Maria desde a portaria, passando pelo elevador, até a porta de seu minúsculo lar. Mal ela entrou no apartamento, foi tirando, como se fosse a coisa mais natural do mundo, o bustiê, que lhe cobria a parte de cima do corpo, deixando os seios à mostra. João sentou-se no sofá-cama, meio sem graça, enquanto Maria entrava no banheiro, para tomar um banho revigorante. Demorou mais de quarenta minutos. Ele começou a ficar preocupado, pensando se ela não havia desmaiado no chuveiro, mas, quando estava prestes a arrombar a porta do banheiro, ela saiu enrolada na toalha, trazendo sua micro-saia e jogando-a num cesto com um monte de roupas entulhadas pra lavar. Numa pequena cômoda num dos cantos do quarto, ela retirou uma calcinha, um conjuntinho informal, deixou a toalha cair no chão (João tentou tampar os olhos, mas não teve tempo) e se vestiu. Ainda um pouco tonta do porre de cerveja, ela agradeceu:

- Obrigada, João! Apesar da vergonha que eu te fiz passar, foi uma das melhores noites de carnaval que eu já passei na vida. Você é um cara muito legal!

- Não foi vergonha nenhuma. - ele retrucou. - Eu também nunca havia apreciado tanto uma noite de festa como esta. Tu és também uma doçura de pessoa!

Ficaram ali, olhando-se nos olhos, e ainda havia muito o que dizer, mas não sabiam por onde começar. Ele ensaiou uma despedida:

- Bem... acho que eu devo ir embora...

- Espera! Toma um cafezinho. Apesar de estar meio grogue, acho que dá pra sair uma fumacinha gostosa.

- Não quero te importunar. Tu precisas é de um bom descanso.

Ela não soube o que responder, pois realmente precisava dormir, mas ao mesmo tempo queria que ele ficasse. Então, meio indeciso, ele continuou:

- Eu... eu gostaria... eu queria apenas dar-te... - e engoliu em seco - um ósculo.

Ela olhou meio estupefata pra ele, como quem não estava entendendo nada, e perguntou:

- Um óculos??!! Mas pra quê eu preciso de óculos? É alguma brincadeira sua?

- Não! Não é "óculos". Eu disse "ósculo".

- E o que é isso? - ela perguntou ainda sem entender o que significava aquele momento.

- Mostrar-te-ei na prática. - e colou suavemente seus lábios nos dela.

********

Na quarta-feira de cinzas, quando Maria estava conversando com sua amiga, Ana Política, revelou que João ficara com ela naquele domingo de manhã, mas (para espanto de Maria) ele nem tentou partir para uma aventura sexual. Apenas deitou-se ao lado dela naquele sofá-cama, e dormiram agarradinhos, num clima de inocência, que há muito tempo ela não curtia.

- Não acredito! - Ana Política exclamou espantada. - Quer dizer que não rolou nem uma... você sabe... nenhum nheco-nheco??!!

- Claro que rolou! Mas isso foi bem depois, de noitinha. - e suspirou. - Ai... foi muito bom!

- Me conta! Me conta tudinho!

- É engraçado que o João parece ser meio antiquado, até um pouco chato, com a mania que ele tem de se expressar de uma forma assim... erudita demais. Ele chama minha bichinha de "vulva"; insiste em usar o "tu" ao invés do "você"; recita poesias no meu ouvido; fala muito e age pouco... apesar de que eu a-do-rei quando ele me deu aquele "ósculo"... hummmmm....

E fechou os olhos, como se estivesse recordando a cena toda. E continuou descrevendo o novo namorado:

- Apesar de todo esse jeitão esquisito, sabe que eu gosto muuuuuuito dele? Ele me completa, e, modéstia à parte, eu também sou o que ele precisa. Ele é diferente de todos os meus antigos namorados. Com ele eu sinto um... sei lá o quê... um tchan, uma coisa... Talvez ainda seja muito cedo para afirmar, mas eu acho que não conseguiria mais viver sem ele...

Ana Política e Maria Prática continuaram a conversar sobre seus casos de carnaval, constatando o quão importante foi aquele encontro casual. Eles ainda não sabiam, mas os dois juntos - um, o alicerce, outro, a estrutura - tornariam não apenas suas vidas mais belas, mas trariam a evolução de toda a humanidade. E, enquanto isso, o Destino continuava a mexer seus pauzinhos, tratando de cuidar da sementinha de amor que ele havia feito surgir, pois há muito tempo ele queria unir Teoria e Prática, para que ambos, lado a lado, pudessem viver plenamente tudo o que ele, o Destino, estava reservando para os dois... pelos séculos dos séculos...

Croniquinha

(Alexandre Machado)
Quando entrei na cozinha, ela já estava ali trabalhando e não se importou com minha presença. Fiquei observando-a pelo canto do olho, fingindo que também não estava nem aí pra ela. Para os meus padrões de beleza, ela não era muito bonita, mas tinha lá seus encantos e atrativos.
Dirigi-me até a geladeira, abri a porta, peguei uma garrafa d'água, enchi o copo e sorvi vários goles, bebendo tudo de uma vez. Aliás, não bebi tudo. Deixei um restinho no fundo do copo e não resisti: joguei uns pinguinhos em cima dela.
Ah, se arrependimento matasse...
Eu fiquei sofrendo ao vê-la sofrer, tentei de tudo para me redimir e reanimá-la, mas não teve jeito: ela morreu afogada.
Coitada da formiguinha!
Estamos de volta...